A Coruña apuesta fuerte por ser una de las sedes de la candidatura Ibérica para albergar el Mundial 2018-2022 y ayer el Ayuntamiento destapó su colosal proyecto de construcción del nuevo Riazor, que se podría llevar a acabo en tan sólo "un año", tal y como apuntó el Concejal de Deportes, Xan Martínez Cajigal. Lo planeado por los arquitectos municipales cumple con todas las exigencias de la FIFA y pretende cambiarle la cara a una de las zonas más emblemáticas de la ciudad para albergar un nuevo estadio, con capacidad para 45.000 espectadores y que costará 170 millones.
Ése es el núcleo principal de este faraónico proyecto, pero el nuevo Riazor pretende ser algo más que un recinto deportivo. Se dotará a la zona con 1.800 plazas de garaje, con más espacios verdes en Manuel Murguía, gracias a que el tráfico rodado se hará subterráneo y, sobre todo, se remodelará y ampliará la oferta deportiva de las zonas que ahora ocupan la polideportiva, el frontón y las piscinas. Todo se tirará y se hará de arriba a abajo, salvo el Pabellón de Municipal de los Deportes, que ahora ya está siendo remodelado.
El detonante de este proyecto ha sido la presencia de A Coruña entre las ciudades candidatas a ser sede del Mundial 2018, pero el gasto hará que el recinto no sea para uso exclusivo del Depor y se aproveche para realizar conciertos y espectáculos, esté abierto a todos los equipos de la ciudad y de todas las disciplinas, e incluso se contemple una zona de explotación comercial.
Posible fricción.
Este último punto puede hacer que aparezca el primer motivo de conflicto, ya que el Depor tiene un acuerdo con el Concello por el cual puede explotar comercialmente los bajos de Riazor hasta 2025 y con la reforma, el Ayuntamiento pretende asumir la gestión o por lo menos crear un Consorcio en el que se explote en la medida de lo que se invierta. Este cambio de modelo dista mucho de las aspiraciones del Depor. Cajigal recalcó ayer en mil y una ocasiones que la titularidad de Riazor era "del Ayuntamiento" y le mandó un aviso a Lendoiro: "El Depor es consciente de que a tiempos nuevos, reglas nuevas. El que algo quiere, algo le cuesta. A mí me gustaría tener un club potente, pero también una ciudad potente y no la voy a hipotecar". Este mensaje demuestra que la financiación será uno de los caballos de batalla. El Depor no tendrá ni siquiera la exclusividad para disputar sus partidos. El Montañeros podría tener también su sitio.
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